lunes, 30 de junio de 2008
Un gran espectáculo
lunes, 23 de junio de 2008
martes, 17 de junio de 2008
Quién era ese político de derechas?
lunes, 16 de junio de 2008
Centralismo y Sequía
miércoles, 11 de junio de 2008
Miedo
La huelga es indefinida porque no tiene fecha de fin establecida, pero no porque vaya a durar para siempre. También es indefinida porque no se sabe muy bien qué es lo que se pretende con ella en tanto el Gobierno no fija el precio del combustible.
Las consecuencias no directas de las huelgas, las agudizadas y forzadas, causan el hartazgo de la población. Eso puede desembocar en que el histerismo se transforme en apoyo a los huelguistas frente a un Gobierno impasible; pero también en que la población se hastíe y no entienda qué se reclama exactamente porque, para todos nosotros, la gasolina ha subido y no podemos pretender que un gobierno paternalista nos solucione la vida.
Sin duda, la subida del combustible afecta más a los que viven directamente de él. Pero habría que rascar en la superficie del problema y ver, por una parte, que las grandes empresas del transporte tienen un margen de beneficio muy alto que, sin duda, puede y tiene que corregirse a la baja, como reclama la economía actual. Y, en segundo lugar, que el Gobierno no debe realizar una intervención tan brusca en el mercado económico actual. El intervencionismo económico sería poner un parche a una situación que tiene que fluir y reconducirse negociando; una cosa es establecer un marco legal justo para el sector, otra realizar una inyección económica que calle temporalmente las bocas y llene las carteras. Hay que adoptar medidas para que el mundo del transporte tenga una mejor y más justa redistribución de su evidente riqueza, pero han de saber que sentirán la crisis al igual que los panaderos, artistas o ingenieros.
La radio acaba de decir que los taxistas también van a empreder una jornada de paro por la subida del carburante. Señores, no olvidemos que el taxi, hace escasos tres meses, subió el precio de la bajada de bandera y del kilómetro considerablemente por este mismo motivo. A ver si vamos a aprovechar la coyuntura para pedir todos un poquito al Gobierno y ahogar las arcas públicas...
De cualquier manera, el histerismo se apodera de los españoles como la ceguera blanca de Saramago. Lo que verdaderamente aterra es imaginarse a una población temerosa de sí misma, agresiva y desconfiada que, ante la falta sobrevenida de comida, se alimente con algunos medios que aún no han entendido que no todo vale para hacer oposición; que el alarmismo y meter el miedo en el cuerpo de los ciudadanos no es la forma de acabar con el Gobierno sino que es la información, no la opinión, la que nos hará libres.
[Hoy, lunes 16, los autónomos y pequeños empresarios han abandonado sus medidas de protesta para no agudizar más la crisis del sector. Las medidas pactadas por los grandes y el Gobierno no fueron justas para los camioneros autónomos. El Gobierno se escuda en que ha dado ayudas que satisfacen a todos, pero lo cierto es que ha sido como crear una ley de comercio que trate por igual a El Corte Inglés con Ultramarinos Pérez.]