martes, 28 de diciembre de 2010

Fracaso

Estoy desolada por el fracaso televisivo de Prisa. Entre la carroña de Tele5 y la mugre de Antena 3, el mando nos permitía descansar en una cadena un poco más blanca, un poco más divertida, un poco más comprometida y mucho menos rentable. Cuatro tenía también programas basura que esconder bajo la alfombra, no seré -ahora que ha muerto- quien la encumbre a los altares de la televisión de calidad. Pero se debaja ver a cualquier hora, respetaba el horario de protección infantil, se arriesgaba con programas de reporterismo, dejó un espacio al debate político y dio cabida al humor para todos los públicos. Era, sin duda, una cadena innovadora que se atrevió con nuevos formatos y no se inclinó nunca por el sensacionalismo, aún a costa de dar salida a producciones con una vida absolutamente efímera.

Y ha muerto.

Nos enseñó lo más mísero y los más lujoso de nuestra sociedad en Callejeros. Sistiaga amplió las miras de las denuncia social y el compromiso cívico con Rec. En cualquiera de estos dos espacios podrían ahora investigar cómo ha quedado violada la esencia de Cuatro tras la fusión con Tele5 y con qué cuchilladas de despacho se abrió el caminó -emprensarial- para que se pudiera firmar la defunción. Ya no me creo nada. No me creo que Tele5 quiera dejarla como está para mantener segmentado y controlado el mercado porque TeleBerlusconi es una lacra, una enfermedad contagiosa que acabará arrastrando a Cuatro al barro.

Acabará menguando el espíritu de Cuatro, se convertirá en otro lodazal televisivo. Es increíble cómo Tele5 llena toda su parrilla del mismo programa con diferentes cabeceras, todo es hablar de las miserías más fétidas de los personajillos que ellos promocionan, inventar superdramas absurdos entre gente que gana una millonada y no ha visto, ni de pasada, el verdadero drama que vive cualquier ciudadano real.

Quienes decían que Cuatro hacía un favor al Gobierno se equivocaban; es Tele5 el que hace que la gente deje de pensar en la crisis y se convierta en una masa aborregada y asilvestrada que ve normal manifestarse con gritos e insultos, que no es capaz de pronunciar una frase completa y que sólo se preocupa por cuernos y herencias.

Lo de CNN+ es el culmen de los fracasos. Sin duda no era rentable, pero dudo que lo sean los demás canales ultraconservadores de la TDT y ahí siguen dando la tabarra, inventando rumores, sembrando conspiraciones, desinformando con desfachatez.

Prisa se lo entregó en bandeja a Tele5 y éste hizo lo que mejor sabe hacer: convertirlo en un canal Gran Hermano 24H. Sobran las palabras.

El cierre de un medio de comunicación o la pérdida de su guía, de su línea editorial, deja huérfana a una parte de la sociedad que encontraba un refugio intelectual en él; deja mudo a quienes no tienen voz en los canales públicos -mucho más buenos últimamente pero más minoritarios- ni en la depauperada oferta privada española -plagada de basura rosa, de pelis americanas malas y de informativos propagandísticos-.

En este momento de total desaliento televisivo casi me conformaría con que los informativos de Cuatro mantuvieran su sección de deportes y con que podamos volver a aprender de Iñaki Gabilondo en cualquier medio.
Ya sé que pido demasiado.