martes, 26 de febrero de 2008

Ellos se prefieren muy muy gordos

La depauperada programación de Canal Sur es capaz de empeorar, qué lamentable descubrimiento. Reconozcámosle el mérito de no ofrecer programas de corazón terribles (lejos queda el periodo de Tómbola), de reservar un hueco para la programación apta para el público infantil y de haber cobijado a Canal 2 Andalucía, una pequeña criatura televisiva innovadora y minoritaria. Pero, por lo demás, no hay por dónde cogerla.

Por la tarde se emite el avejentado y falto de creatividad 'La tarde con María'. No tengo estómago para verlo. Pero, haciendo zapping, descubrí un espacio esporádico en el que personas obesas acudían a intentar perder peso con el control televisado de una nutricionista. La idea es que al cierto tiempo volvieran y se vieran los resultados de las dietas.

Con la falsa apariencia de televisión de servicio público, que tan bien suena como marchamo de la televisión pública, el espacio fue mutando. Se hizo diario y, en vez de servir como terapia tele-dirigida, se convirtió en un escaparate de personas gordas que alardean de lo que comen:
"Yo me como 2kg de chirimoyas a media mañana"; "Yo desayuno 4 showarmas"; "Me como cuatro barras de pan al día"; "Almuerzo un cocido con pringue, un plato de los montes, dulces de postre y luego frutos secos" "Desayuno una rosca de churros y dos chocolates".

Son personas que se ríen de estar gordos, que van a hacerse los graciosos. Respeto, de corazón, que se trate de una enfermedad de difícil curación y que requiere un largo tratamiento, fuerza de voluntad y ánimo para afrontarlo; pero el espacio ha degenerado y sólo sirve para que esas personas vayan a reírse de todo lo que se comen a lo largo del día, con la complicidad de un amigo que hace chascarrillos, de la presentadora que les da el pie para que cuenten anécdotas de una comida pantagruélica y con la aquiescencia de la nutricionista, que antes ponía cara de espanto y ahora pensará "total, si me pagan igual".

No he vuelto a ver a ninguna de esas personas un par de semanas después diciendo: "he perdido un kilo". Muchos de ellos se quedan en el programa y participan en otras secciones, son sus 15 minutos de fama.

Es el show de la gordura. ¡Olé por los andaluces salerosos que se ríen de tó! ¡Qué arte!
Qué imagen más triste de Andalucía.

lunes, 18 de febrero de 2008

Un buen programa de entretenimiento

Veo Fama. Y me gusta.
¡No ha sido tan difícil decirlo! Ha sido como admitir que me leí El Código Da Vinci y que me enganchó. Los que se autoproclaman 'amantes de la buena literatura' despellejan a Dan Brown y tachan al libro de esperpéntico; pero estoy segura de que se matan por escribir una obra que cautive a tanta gente de países diferentes con un libro que, cuanto menos, exige un poco de interés por la historia.

Pues Fama me divierte. Y los imperturbables defensores de la televisión de calidad dirán que no aporta nada intelectual a la sociedad y que no es más que otro reality. Pero no sólo de documentales vive el telespectador!

Me parece un programa 'blanco', apto para todos los públicos porque no ofende a nadie y viene a demostrar que, en cualquier ámbito de la vida, hay que trabajar con tesón para obtener lo que se desea. A ello se une que los protagonistas son gente joven, dinámica, y que el programa elude los conflictos personales y el morbo: se han dado cuenta de que con buena música, profesores muy especiales y chicos sanos y carismáticos tienen bastante para captar a la audiencia.

Entonces aparece la parte de programa concurso televisivo a enturbiarlo todo un poco aunque, por otra parte, es imprescindible y le da un sello personal (y un poco de adrenalina por la constante competición). Por una parte, me parece excesivo en ocasiones el dramatismo del jurado y los profesores en sus técnicas pedagógicas y sus comentarios (¿a alguien le gusta que le enseñen gritándole constantemente como hace el especialísimo Rafa Méndez?). Igualmente, Paula Vázquez, sin llegar al tremendismo de La Selva de los Famosos, a veces intenta cargar las escenas de la vida cotidiana de un negativismo del que, en realidad, carece. En su faceta más alegre, la que desarrolla últimamente, encaja mucho mejor con la filosofía del programa

Por la otra, la pésima realización que, en mitad de un baile colectivo, intenta ofrecer un plano detalle que se va abriendo a un ritmo tan lento que, cuando quiere captarlo todo, los bailarines están en otra parte del escenario [la realización no sólo no mejora sino que es incluso peor en las galas. Que dejen de hacer planos cortos en un baile y de mover tanto la cámar, ya se mueven los bailarines]. En el ámbito de las tecnologías, cabe decir que la página web tampoco está a la altura del programa pues no ofrece los vídeos que diariamente pueden verse en directo.

Tampoco comparto la decisión de hacer entrar una pareja nueva cada semana en la academia. No hay que hacer durar a los programas demasiado pues pierden fuelle e interés. Es mejor que acaben poco después de su cumbre de popularidad para que la audiencia no se canse y se quede con ganas de... la previsible segunda edición.

Sin lugar a dudas, es lo menos nocivo que los niños y jóvenes pueden ver en esa franja horaria de protección especial. Para los más mayores, un programa divertido, dinámico y que te saca del tedio de los programas de telerrealidad en los que un puñado de vaguetes se esforzaba en hacerse famoso por la patilla.

Es, en conclusión, un buen programa de entretenimiento.

viernes, 8 de febrero de 2008

La arena política

A la izquierda del cuadrilátero, fajado y preparado para el combate, con 65 años de experiencia y una mirada felina, Iñaaaaki Gabiloooondo!

A la derecha, con la defensa bien alta, mirada penetrante y 52 años de recto españolismo, el gallego futbolero, Mariano Rajoooooy!



Cuatro ofreció anoche una entrevista agresiva al líder de la oposición. Iñaki Gabilondo no concedió un respiro a Mariano Rajoy, la tensión era palpable. El periodista hizo discurrir el discurso por donde más le interesaba, recogió el guante y entró a responder todas y cada una de las afirmaciones que el líder del PP dejaba caer. Fue más un debate que una entrevista.

La experiencia de Gabilondo en el cuerpo a cuerpo es un valor añadido a su maestría innata. Su compromiso ideológico es sal en una herida que le impulsa a cuestionar cada una de las opiniones del entrevistado y le intenta hacer ver sus contradicciones.

Habrá quién crea que es un político metido a periodista. Sin duda, yo no lo creo. Todos tenemos que interesarnos por la política y, como periodistas, nuestro compromiso es informar y formar, servir de correa de transmisión entre el poder y la opinión pública, descodificar y contextualizar la actualidad para que la ciudadanía la entienda. Ello no puede hacerse sin un compromiso personal con la política, con el civismo en su más amplio sentido.

Rajoy acabó dando tres golpes en la lona. Pidió no seguir hablando de las sedaciones en Leganés y terminó diciendo que él había ido para hablar de la educación y no de los temas a los que le había llevado el entrevistador.

Sin duda, Iñaki Gabilondo llevó la entrevista por donde quiso. Pero, señor Rajoy, lo cierto es que su campaña de crispación y sus declaraciones sobre las bodas homosexuales, el terrorismo, los inmigrantes y las costumbres españolas,... se lo habían puesto muy fácil al periodista. Usted le enseñó sus armas antes de ir e Iñaki supo adelantarse a cada uno de sus movimientos.







jueves, 7 de febrero de 2008

Y ahora se acaba Channel nº4!

Me da verdadera lástima que se acabe Channel nº4, para qué negarlo. No era igual que otros programas de su franja horaria (El Tomate, A 3 Bandas,...). Si hacemos memoria, veremos que ese horario de sobremesa ha sido tradicionalmente destinado a programas dedicados a mujeres y que trataban temas de sociedad (recordemos los programas de María Teresa Campos en TVE o Ana Rosa Quintana en A3 hace años). Dentro de esas coordenadas, Channel había dado un poco de dignididad y humor al formato.

Se trataban temas de sociedad y corazón, pero también política y sucesos. No intentemos poner a las 5 de la tarde un denso debate sobre el Estatut o la ley de matrimonios gay... a esa hora, la gente prefiere ver algo más relajado. Channel abordaba estos temas pero desde una óptica más distentida, alternándolo con temas de sociedad y de televisión.

No metía el dedo en las heridas de nadie ni se regocijaba del dolor ajeno. Creo que fue respetuoso con todos los famosetes de los que hablaba. Apenas se nutrió de esos famosetes como contertulios, algo que me cabrea sobre manera. Paola Dominguín y la ex mujer de Rafa Márquez pasaron efímeramente por el programa. La única que perduró fue Vicky Martín Berrocal... y, lo cierto es que era la peor. Como andaluza y como mujer me indigna que ella actualice y represente el tópico de "ay, qué graciosa que soy! cuánto necesito un hombre fuerte a mi lado! qué arte tengo! qué me parto la camisa en las fiestas rocieras!". Más aún, con su defensa de la delgadez extrema, de que sólo las jóvenes pueden ir en bikini, de que Kate Moss es un ejemplo a seguir, de que no le gustan los hombres que se cuidan...

Menos mal que Bibiana Fernández o Roseta Forner estaban ahí para darle un baño de realidad; dos mujeres actuales, inteligentes y diferentes a las que gusta escuchar. Ellas dos, junto a Josep Tomás, Antonio Albert, Pablo Motos y Pepe Colubi ponían la nota de humor, sensatez y crítica en el programa. No dejaban títere con cabeza en el mundo televisivo y era genial.

Y Boris y Ana. Vaya par! Creo que hacían buena pareja televisiva. Ana García Siñeriz, ciertamente, parece no haberse puesto un chandal en su vida; pero ella es consciente y nunca se las da de representante de la opinión pública sino, más bien, de chica bien que modera. Boris es un niño con zapatos nuevos que deja ver qué cada programa le hace ilusión. Es divertido. Nadie parece perdonarle que tuvo un pasado, que es un animal mediático que enseña el culo al mejor postor... pero bueno, quién no tiene un pasado? (Urdaci?).

Channel nº4, que creo que lo único que pretendía era entretener con un poco de clase, ya sólo tiene pasado. Quién sustituirá a estas reinas del glamour?