¡No ha sido tan difícil decirlo! Ha sido como admitir que me leí El Código Da Vinci y que me enganchó. Los que se autoproclaman 'amantes de la buena literatura' despellejan a Dan Brown y tachan al libro de esperpéntico; pero estoy segura de que se matan por escribir una obra que cautive a tanta gente de países diferentes con un libro que, cuanto menos, exige un poco de interés por la historia.
Pues Fama me divierte. Y los imperturbables defensores de la televisión de calidad dirán que no aporta nada intelectual a la sociedad y que no es más que otro reality. Pero no sólo de documentales vive el telespectador!
Me parece un programa 'blanco', apto para todos los públicos porque no ofende a nadie y viene a demostrar que, en cualquier ámbito de la vida, hay que trabajar con tesón para obtener lo que se desea. A ello se une que los protagonistas son gente joven, dinámica, y que el programa elude los conflictos personales y el morbo: se han dado cuenta de que con buena música, profesores muy especiales y chicos sanos y carismáticos tienen bastante para captar a la audiencia.
Entonces aparece la parte de programa concurso televisivo a enturbiarlo todo un poco aunque, por otra parte, es imprescindible y le da un sello personal (y un poco de adrenalina por la constante competición). Por una parte, me parece excesivo en ocasiones el dramatismo del jurado y los profesores en sus técnicas pedagógicas y sus comentarios (¿a alguien le gusta que le enseñen gritándole constantemente como hace el especialísimo Rafa Méndez?). Igualmente, Paula Vázquez, sin llegar al tremendismo de La Selva de los Famosos, a veces intenta cargar las escenas de la vida cotidiana de un negativismo del que, en realidad, carece. En su faceta más alegre, la que desarrolla últimamente, encaja mucho mejor con la filosofía del programa
Por la otra, la pésima realización que, en mitad de un baile colectivo, intenta ofrecer un plano detalle que se va abriendo a un ritmo tan lento que, cuando quiere captarlo todo, los bailarines están en otra parte del escenario [la realización no sólo no mejora sino que es incluso peor en las galas. Que dejen de hacer planos cortos en un baile y de mover tanto la cámar, ya se mueven los bailarines]. En el ámbito de las tecnologías, cabe decir que la página web tampoco está a la altura del programa pues no ofrece los vídeos que diariamente pueden verse en directo.
Tampoco comparto la decisión de hacer entrar una pareja nueva cada semana en la academia. No hay que hacer durar a los programas demasiado pues pierden fuelle e interés. Es mejor que acaben poco después de su cumbre de popularidad para que la audiencia no se canse y se quede con ganas de... la previsible segunda edición.
Sin lugar a dudas, es lo menos nocivo que los niños y jóvenes pueden ver en esa franja horaria de protección especial. Para los más mayores, un programa divertido, dinámico y que te saca del tedio de los programas de telerrealidad en los que un puñado de vaguetes se esforzaba en hacerse famoso por la patilla.
Es, en conclusión, un buen programa de entretenimiento.
1 comentario:
Me encanta FAMA! Sergio Alcover es genial, Rafa es un poco borde pero es un espectáculo y Marbelys es la teniente Oneil pero en profesional del baile y guapa.
El programa es divertido, no se insulta a nadie y la música es genial. Programón!
Israel Hernández
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