Hace ya muchos años se nos presentaba en Telecinco una joven dulce y con carita angelical que se aventuró a tomar el relevo de María Teresa Campos en la sobremesa. Era Emma García.
A tu lado, su programa, fue evolucionando de talk show de confidencias, humor y actualidad a programa de la crónica rosa agresivo y demagógico. Algunos pensaban que ella, la dulce Emma, se veía obligada a desarrollar el papel de moderadora en dicho programa a su pesar, que ella no era así y que no le gustaba ese género.
Era un voto de confianza a su calidad como periodista... y era un voto nulo. Se metió a madama en Mujeres, hombres y viceversa y aún había quién pensaba: "esta pobre es como Jesús Vázquez, que la cadena la tiene como comodín para todo lo que se le antoje...".
Pero resulta que no. Que mientras Jesús Vázquez no pierde su simpatía y saber estar en ninguno de los proyectos que acomete, a Emma García se le ve el plumero: su habitat natural es el morbo y va de sobrada. Tanto es así que ayer insultó a un concursante y en vez de tener la valentía de reconocer que tal vez sus palabras no fueron las adecuadas, se tiró un buen rato dándole vueltas a la frase para llegar a la conclusión de que el chico tenía culpa de todo. Al más puro estilo de Esperanza Aguirre, incitó a la rebelión y se hizo un lío intentando que no se notara que había metido la pata.
Lo importante no fueron sus palabras, el insulto no fue para tanto en un programa de esa índole y ese nivel cultural, el problema es su actitud de superiodad, cinismo y falta de respeto. Soberbia, recogerá el cetro de Ana Rosa Quintana y, como ella, se rodeará de un séquito que le recuerde que ella nunca puede equivocarse y que es la más lista, la más guapa y la mejor periodista del mundo.