No es que no lo supiera, es que no me había parado a pensar en esas personas que, de una u otra forma, se han ganado tu afecto a través de la tele. Cuando murió Michael Jackson, me apenó. Sólo tuve un disco suyo y jamás me habría definido como su fan. Pero su muerte me hizo ver cuántas canciones suyas he escuchado y qué singular era. Aunque fuera un personaje harto extraño y algo turbio, había crecido escuchando sus canciones. Recuerdo perfectamente la emoción que mi hermano y yo sentíamos el día que se estrenó el vídeoclip de Black and White: fue lo más, lo que hacían con las caras!
Y ayer se murió Andrés Montes. No es que fuera su mayor seguidora, es más, me saturaba sobremanera cuando retransmitía fútbol. Pero es el primero que valoró el baloncesto español como se merecía, el primero que confió en la selección e, indiscutiblemente, un showman que conocía el tema pues, durante años, retransmitía de madrugada los partidos de la NBA en Canal +. Había creado un estilo de narrar baloncesto arriesgado y divertido. Sus coletillas, su vocabulario y los nombres con los que bautizó a los jugadores los conocen y usan todo el mundo.
Y yo no había caído en el aprecio catódico que se siente por gente a la que ni conoces, que sólo ves a través de la tele de vez en cuando. Pero es gente que comparte tus momentos de descanso en casa, tus siestas o los ratos de ocio con tus amigos, con la que te has reído desde tu sofá, con la que has bailado, que te hizo sonreír algún día... y se ganan un aprecio distante.
Ahora vivo en Argentina y esta semana han estrenado "Los abrazos rotos". No ha parado de hablarse de la película en todos los medios y de la trayectoria de Almodóvar. En España no valoramos a muchos de nuestros artistas como se merecen. Los tenemos ahí y damos por normal su trabajo, lo trivializamos y en seguida dejamos de apreciar lo original y genuino de su trabajo. Nos gusta destrozar mitos e ir de iconoclastas, como si estuviéramos de vuelta de todo y hartos de cualquier cosa. Y es una pena que nos demos cuenta demasiado tarde de lo que esa gente, ya sean artistas, periodistas o creadores, nos han aportado.Y eso sí lo sabía...
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