sábado, 19 de mayo de 2007

Un internauta... de 7 años

Mi primo Carlos corre apresurado hasta mí para darme su dirección de correo electrónico. Quiere que le dé de alta en el MSN.

Mi primo Carlos tiene 7 años.



Es increíble la velocidad con que las nuevas generaciones se acostumbran a las nuevas tecnologías. Cierto es que mi primo -y no es por el hecho de serlo- es un niño increíblemente inteligente, con una memoria y unos razonamientos que te dejan atónito. Pero internet está al alcance de todos y cualquiera con un ordenador en casa y la natural curiosidad de la infancia puede acercarse a él. De hecho, él leía el http://www.as.es/ desde hacía tiempo...



Los niños ya no quieren un diario por su comunión sino un MP4 o una DS. Han nacido con una pantalla como compañera de juego y para ellos lo natural es el lenguaje multimedia, la interactividad y el cambio permanente. Es contradictorio pero cierto. El mundo, antes de que ellos nacieran, no tiene nada que ver con el que ellos están viviendo.



Más allá de la sorpresa que me ha supuesto hoy chatear con mi primo de siete años, me pregunto hasta qué punto se limitará a chatear con la familia o, pronto, entrará en una web y se le abrirá un anuncio de viagra o de una chica sexy que quiera ser su amiga. Y eso me aterra.



Nadie escapa del ritmo de las tecnologías, todos nos vemos seducidos por ellas. Pero me temo que los niños no tienen aún la madurez suficiente para enfrentarse al ciberespacio, seductor y voraz, en el que es demasiado fácil acceder a todo.

Preferiría seguir hablando con mi primo en persona...

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