La depauperada programación de Canal Sur es capaz de empeorar, qué lamentable descubrimiento. Reconozcámosle el mérito de no ofrecer programas de corazón terribles (lejos queda el periodo de Tómbola), de reservar un hueco para la programación apta para el público infantil y de haber cobijado a Canal 2 Andalucía, una pequeña criatura televisiva innovadora y minoritaria. Pero, por lo demás, no hay por dónde cogerla.
Por la tarde se emite el avejentado y falto de creatividad 'La tarde con María'. No tengo estómago para verlo. Pero, haciendo zapping, descubrí un espacio esporádico en el que personas obesas acudían a intentar perder peso con el control televisado de una nutricionista. La idea es que al cierto tiempo volvieran y se vieran los resultados de las dietas.
Con la falsa apariencia de televisión de servicio público, que tan bien suena como marchamo de la televisión pública, el espacio fue mutando. Se hizo diario y, en vez de servir como terapia tele-dirigida, se convirtió en un escaparate de personas gordas que alardean de lo que comen:
"Yo me como 2kg de chirimoyas a media mañana"; "Yo desayuno 4 showarmas"; "Me como cuatro barras de pan al día"; "Almuerzo un cocido con pringue, un plato de los montes, dulces de postre y luego frutos secos" "Desayuno una rosca de churros y dos chocolates".
Son personas que se ríen de estar gordos, que van a hacerse los graciosos. Respeto, de corazón, que se trate de una enfermedad de difícil curación y que requiere un largo tratamiento, fuerza de voluntad y ánimo para afrontarlo; pero el espacio ha degenerado y sólo sirve para que esas personas vayan a reírse de todo lo que se comen a lo largo del día, con la complicidad de un amigo que hace chascarrillos, de la presentadora que les da el pie para que cuenten anécdotas de una comida pantagruélica y con la aquiescencia de la nutricionista, que antes ponía cara de espanto y ahora pensará "total, si me pagan igual".
No he vuelto a ver a ninguna de esas personas un par de semanas después diciendo: "he perdido un kilo". Muchos de ellos se quedan en el programa y participan en otras secciones, son sus 15 minutos de fama.
Es el show de la gordura. ¡Olé por los andaluces salerosos que se ríen de tó! ¡Qué arte!
Qué imagen más triste de Andalucía.