Esta mañana, la sociedad consumista e inmoral en que vivimos ha vuelto a mostrar la peor parodia de sí misma en el programa Espejo Público, de Antena 3.
El rebuscador de basura, Albert Castillón, tristemente famoso por regodearse en la miseria ajena, los asesinatos infantiles y los caminos secundarios de caso Malaya, contaba esta mañana a Susana Griso que los agentes de aduanas de Algeciras se han incautado de 6 contenedores gigantescos de ropa, calzados y accesorios minuciosamente falsificados. La periodista le hizo la pregunta del millón: "y qué harán ahora con esta mercancia?". Castillón no dudó: "pues destruirla... imagínate que eres el dueño de Dolce & Gabbana y va cualquiera vestiendo ropa tuya falsificada".
¡Qué horror ver a un pobre con zapatos falsos! Que vayan descalzos, que eso es lo verdadero. Mejor pobre, descalzo, desnudo, que lucir suntuosos ropajes que les hagan ver que son ciudadanos de segunda, que sólo aspirar a aparentar poder derrochar dinero.
¿Y qué sucede si el humo que produce la pira de Guchi, Armoni, Polex y Nique daña la capa de ozono? ¿Pobres... ozono?
Escuchamos cosas así y la injustica llega a pasar desapercibida, como un suave chapoteo que ya no logra calar nuestra conciencia.
1 comentario:
Que esperabas del tío ese? Es una sanguijuela... intentó hacer un programa de sucesos, morboso total, y fracasó. Así q se desahoga donde le dejan, es igual q los del caso malaya por mucho que los critique!!!
MLP
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