Hace décadas ya que llegaron a España los realities. Todos cortados con la misma tijera, todos igual de predecibles. Han ido variando y degenerando con los años, aunque se mantienen las mismas señas identificativas de vouyerismo, morbo y venta de la intimidad.
Pero, en un comienzo, algunos sí fueron verdaderamente una experiencia vital que merecía la pena y que sólo un programa de televisión te permitiría vivir. TVE1 anunció brevemente la Expedición Robinson hace unos diez años. Un grupo de aventureros que se iba a sobrevivir a una selva sudamericana con unas extremas condiciones de vida. Sin embargo, el programa luego lo sacó Tele5... no sé qué pasó por medio.
Pero, en un comienzo, algunos sí fueron verdaderamente una experiencia vital que merecía la pena y que sólo un programa de televisión te permitiría vivir. TVE1 anunció brevemente la Expedición Robinson hace unos diez años. Un grupo de aventureros que se iba a sobrevivir a una selva sudamericana con unas extremas condiciones de vida. Sin embargo, el programa luego lo sacó Tele5... no sé qué pasó por medio.
Las dos primeras ediciones de Supervivientes fueron las mejores. El programa estaba grabado así que nadie necesitaba actuar de cara a la galería porque eran los compañeros los que votaban y echaban. La supervivencia era límite, porque no se daba ni una facilidad a esos denodados concursantes que perdieron hasta 20 kg (lejos de la miss que llegó a coger peso en la isla). Y, fuera caretas, la autenticidad de gente como aquellos Aketxa o Amagoya, injustos perdedores, da una patada en el estómago a los famosetes de medio pelo que se apuntaron luego a ir 'a la isla' como clínica adelgazante más rápida y barata que la Buchinguer.
Cuatro se ha subido al carro de estos realities aventureros ya grabados, en los que los concursantes y el juego marcan la evolución de la carrera, lejos de los deseos caprichosos y ajenos de la audiencia. Pekín Express comenzó siendo una carrera constante de pintorescos personajes por la Rusia más profunda. Pero ha llegado a ser una aventura muy humana y vital, que habla de los conflictos y del afán de superación.
El programa del domingo 16 representó otro pico de audiencia para la cadena de Prisa. Los sentimientos estaban a flor de piel y la veracidad del sufrimiento era incuestionable. Lejos del morbo del edredoning, Pekín Express se ha convertido en un reality blanco en el que la expectación reside en saber quién y cómo supera las pruebas en países tan diferentes culturalmente al nuestro.
Sin duda, la confesión de Idoia heló la sangre de quienes vimos el programa. Qué habría hecho Tele5 con este reality? Había explotado la enfermedad y el sufrimiento de estas hermanas. Cuatro lo contó con naturalidad, dejó que la historia fluyera porque, quiero creer, que fue consciente de la enfermedad de la santanderina en la etapa del desierto del Gobi y no antes. Es un programa de televisión, había que contar lo que había sucedido... meter más o menos en dedo en la yaga marca la diferencia entre contar algo noticiable y regodearse en la miseria ajena.
Cuatro prueba con muchos realities -algunos muy sui generis- que parecen más educativos o menos malsanos que los de otras cadenas (Ajuste de Cuentas, Madres Adolescentes, Granjero busca esposa, Gemelos Idénticos, Fama...), aunque no siempre lo consigue. En este caso, al menos, se conoce la cultura asiática y se muestra afán de superación, que no es poco. Pero el hecho de hacer autostop o pedir alojamiento con un cámara detrás, quita mucha veracidad a la experiencia. Es una aventura edulcorada por necesidades del guion.
No hay comentarios:
Publicar un comentario